El lado oscuro del Té
¿Alguna vez te has preguntado de qué están hechas las bolsas de té?
Según afirman Laura Hernández y cols (1) en su estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology en 2019, las bolsas de té liberan billones de micropartículas y nanoparticulas de plástico en el agua cuando las infusionamos. Es decir, las bolsitas de té llevan plástico en su composición, principalmente nylon y ftalatos, que al ponerse en contacto con el agua hirviendo liberan partículas de plástico que posteriormente ingerimos.
¿Hay riesgo para la salud si se ingieren estas micro y nanopartículas de plástico?
Además de la contaminación medioambiental que suponen estas partículas, que por supuesto acaban en ríos y mares, afectando negativamente a la fauna y flora, en el organismo también tienen efectos nocivos, pues actúan como disruptores endocrinos, es decir, desequilibran nuestro sistema hormonal. Además, las nanopartículas, son del tamaño de un virus, por lo que son capaces de introducirse en la célula y llegar hasta el ADN lo que puede provocar daños irreparables que den lugar a patologías como el cáncer (1). Como concluye el artículo citado anteriormente, estas partículas no tienen efectos tóxicos agudos, pues de lo contrario ya se habrían prohibido. Sin embargo, es necesario el estudio de los efectos crónicos a una exposición prolongada, puesto que ensayos llevados a cabo en animales sugieren riesgo de toxicidad en este tipo de exposición. De hecho, la EFSA ya en 2014 declaró los nanoplásticos y microplásticos como riesgo emergente y se corroboró en 2017, en su último informe (2).
Por otro lado, no te dejes engañar por las bolsitas que parecen hechas de papel o las que contienen té ecológico, esas también pueden llevar plástico en su composición, como se observa en el siguiente vídeo, donde se hace un experimento químico para desenmascarar el plástico que contienen este tipo de bolsitas: https://www.youtube.com/watch?v=4sg8p5llGQc
Afortunadamente, hay empresas y emprendedores del mundo del té, concienciados, que fabrican bolsitas de té biodegradables, hechas con almidón de maíz y sin aditivos. Son un ejemplo: TeGust, Semper Tea, Alma o Tetique. La clave es ver que en el envase ponga que las bolsas o pirámides son 100% biodegradables. Si no lo pone, aunque el té que contenga sea ecológico, probablemente es que haya plástico en su composición. En el vídeo citado más arriba, se observa cómo este tipo de bolsas biodegradables no contienen plástico en su composición y por lo tanto, son seguras para el organismo y el medioambiente.
Otra opción para disfrutar de un té o infusión sin ingerir plástico es infusionando en filtros de acero inoxidable, que resiste mucho más el calor. Es decir, comprando el té a granel.
Por último, si estás en una cafetería y sólo tienen té en bolsitas “no biodegradables” puedes romper la bolsita y vaciar el contenido directamente en el agua, después recoges las hierbas que queden flotando con la cuchara (no es lo más cómodo del mundo, pero yo personalmente prefiero eso a ingerir partículas de plástico que perjudiquen mi salud).
BIBLIOGRAFÍA
- Hernandez L, Genbo E, Larsson H, Tahara R, Maisuria V, Tufenkji N. Plastic Teabags Release Billions of Microparticles and Nanoparticles into Tea. Environ Sci Technol. [Internet] 2019 [consultado abril 2020]; 53 (21); Disponible en: https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.9b02540
- Agencia Española de Seguridad Alimentaria. Microplásticos y Nanoplásticos [Internet]. Madrid: Agencia Española de Seguridad Alimentaria; 2017 [consultado abril 2020]. Disponible en: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/ampliacion/microplasticos_nanoplasticos.htm
Diana Donat
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